En 1951 iniciamos nuestra andadura fabricando sal con una tecnología diferenciada, instalando una planta de producción de sal al vacío a orillas de la laguna de Araruama. Desde entonces, este espíritu de innovación y espíritu pionero se han convertido en una forma de conducta permanente, y seguimos en este camino, invirtiendo en nuevas tecnologías y siempre atentos a las oportunidades de innovación.
La propuesta sigue siendo ofrecer al consumidor y a la industria un producto de calidad diferenciada, superior, conjugando la riqueza que ofrece la naturaleza con tecnología de punta, respetando el medio ambiente y conservando íntegramente las características de la sal.
Las aguas del Océano Atlántico fluyen, naturalmente, a la Lagoa de Araruama.
El agua de la Laguna de Araruama se bombea a las salinas.
En las salinas, el agua del lago, mediante la evaporación natural del agua (sol y viento), se transforma en salmuera saturada.
En los evaporadores tenemos la continuidad acelerada y controlada de la evaporación del agua, dando lugar a cristales de sal, lo cuales son separados para secado
En el secado, ocurre la retirada total del agua, resultando en una sal de color blanco y con excelente fluidez.
La sal se embala de forma automática sin contacto manual.
La sal se envasa y se conserva en un entorno adecuado, para preservar la calidad de la sal hasta su envio a los clientes.
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